Cuando sopla el viento
y caen de los arboles los recuerdos
tan significantes, tan suaves
como un aroma a jarabe
o a flores de entierro
veo una infancia que no borra el tiempo
que almacena tesoros, riquezas, sueños
habitaciones, juguetes,
vestidos, muñecas, almendros
forman parte de mis recuerdos
de mis sueños de ayer, de niña.
Como una paloma entre cuervos
cabeza gacha
crecí, maduré y olvidé viejos tiempos
me armé de una caparazón
quedando dentro imperfección
esa actitud de niña
que desato aflorando en mi corazón
haciéndome caer en dudas
inseguridad, llanto, temor
Tan duro el despertar,
tan amargo el crecer
insensibilidad que
nos sepulta bajo tanta frialdad
no deseo crecer más
la niña se durmió ya
Muy pronto desaparecerá
la joven que soy
Así la muerte trasladará
Mi cuerpo al cementerio.
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