martes, 12 de agosto de 2014

Trascender

Ella me dijo que siempre había tenido la necesidad de acercarse como una polilla al foco sabiendo que la quemaría, me dijo que lo necesitaba porque le permitía dos cosas: recordar que estaba viva, experimentar la luz del sol la mañana seguida de su muerte cíclica como si la viese por primera vez y porque así practicaba el desapego, mientras más ligero volara y se suspendiese en el aire menos se ataría a la tierra. Eso fue lo que ella me susurró al oído esta mañana cuando la interrogué frente al espejo