Senderos blancos y angustiantes se vislumbran en el ocaso, la luna azulada me regaló los destellos que atraviesan mi ventana, otra fría noche congelando espejismos.

Como una fotografía tu desnudo cuerpo alado toma mi mente como prisionera, evocando en la ausencia la presencia inexistente de un recuerdo a veces onírico que enciende el corazón, ilumina las pupilas y genera escalofríos al sentir tu cercanía.

Ángel alado, ángel y demonio que estremeces el cuerpo, despertando deseo, ángel y demonio de mirar compasivo, sonrisa maliciosa, disfrutando el deseo provocado en tu víctima, la cual hipnotizada, seducida, atemorizada te aguarda dispuesta a la renunciación completa del juicio y del paraíso sin importarle más que perderse en la embriaguez de tus ojos claros bajo la desnudez de tu cuerpo. 

Ángel de poder incontrolable, irresistible... ya ves como sigo siendo tuya, dependencia a la locura, a tu lujuria, dime ángel... ¿cómo cortar las cadenas invisibles? No deseo. ¿Cómo condenarme a vivir sin contemplarte en mis sueños? Simplemente no puedo y no lo tolero.

Es mi necesidad y mi deseo el que te mantiene vivo, la creación domina al creador... quizás ese sea el motivo de tu sonrisa caprichosa y triunfante, como el de tu mirar compasivo, es el poder que ejerces lo que te tranquiliza y excita al mismo tiempo en este juego que a ambos nos da vida.

Otra noche que dará paso al reencuentro, reencuentro vital tan dulce y añorado al dormir y tan amargo al despertar.

Otra noche nos espera... los dos sabemos... los dos seremos.

(Dark Winged Naked Angel - Sept 2012)